La crítica y la teoría: soportes e intermediaciones del arte
La
historia, teoría y documentación respecto a lo que pasa en el mundo del arte, son
tan vitales como la producción misma en la que se originan -por lo menos en una
primera instancia- pero luego estas actividades se entrelazan, y una va
generando a la otra. Además de la crítica, re-surgen otras disciplinas o
accionares, como la museología o la pedagogía, que se ven impulsadas por las
nuevas perspectivas que acarrean la crítica y la historiografía.
Se podría decir que la tarea del artista es manifestar estéticamente su visión del mundo ligándola de alguna forma a su papel dentro de una sociedad, sin embargo, la expresión del artista convertida en objeto abarca un sinfín de acontecimientos, tangibles e intangibles, que poco se evidencian en su creación, y que muchas veces se escapan de su responsabilidad, pues su labor termina cuando expone la obra al espectador. Es aquí donde participan otros agentes del mundo del arte como el curador, el crítico y el historiador. Personajes que se concentran en los resultados de los artistas, para llevarlos a una creación escrita, biográfica, narrativa, cronológica y hasta analítica; ya sea para plasmarla dentro de un libro, un video o una exposición, el trabajo de los teóricos en el arte cumple un importante papel en el registro de la historia, en la creación de fuentes de referencia y en el estudio sociológico, estético, filosófico y hasta político de un momento determinado.
Esto cobra mayor relevancia en la contemporaneidad, cuando la creación artística, el mercado del arte y la expansión cultural abarcan un lugar cada vez mayor, en un sentido nacional e internacional. Basta con revisar y analizar los últimos movimientos del arte colombiano en la escena mundial, ejemplo claro de ello es la reciente Feria Internacional de Arte Contemporáneo ARCO, llevada a cabo en España, donde Colombia fue el país invitado de honor, adquiriendo un papel protagónico dentro de la agenda, y sirviendo de plataforma para más de sesenta artistas y diez galerías del país.
En este contexto es difícil no pensarse la escritura como actividad paralela a dichos acontecimientos, que además de marcar un hito en la historia de Colombia, abren el panorama mercantil, institucional y plástico; que por supuesto no tendría tanta repercusión si se omitiera la labor de la historiografía y la crítica en el campo del arte.

Esta es la realidad latente de Colombia a nivel artístico y cultural; un escenario diferente de lo que se evidencia en las producciones intelectuales, editoriales y comunicacionales. Aquí se hace necesario recordar que es uno de los países con mayor deficiencia en la creación de textos académicos y monográficos, así lo han hecho saber críticos del arte como Carolina Ponce de León. Con un número reducido de fuentes bibliográficas, se hace difícil documentar y analizar lo que fue en determinado momento la creación plástica, al tiempo que se reducen las posibilidades de la formación de públicos. Tal como suele suceder al revisar los Salones Nacionales, de los cuales se puede encontrar escasa documentación, con la excepción de las últimas cuatro versiones; evidenciando un amplio y profundo vacío historiográfico durante más de cincuenta años del arte en Colombia.
Dentro de este panorama poco prometedor, hay que resaltar la mirada constructiva de algunos proyectos que vienen desarrollándose en el país. Por citar un ejemplo, el proyecto del Ministerio de Cultura que nace de la Beca de Investigación sobre Artistas Colombianos, conformada por publicaciones de investigadores y curadores de arte que se han concentrado en la obra y vida de un artista colombiano, entre ellos Mario Opazo, Wilson Díaz, Juan Fernando Herrán y Miguel Ángel Rojas. Esta colección de textos se convierte en algo fundamental porque abre el camino a un campo poco explorado en el país, y documenta el impacto, no solo visual, sino también conceptual y cultural de los artistas que la conforman.
Hay que recordar que la producción intelectual sobre el arte se convierte en un agente más de esa verdad, jugando un papel dentro de la construcción artística y cultural, sirviendo de guía para el público que es la razón por la cual existe el arte y la crítica conjuntamente.
Aunque se ha definido implícitamente lo que es la historiografía y la crítica, se hace importante traer a colación una definición que siente las bases de este documento, y las ideas que aquí se exponen. Inicialmente tenemos a la historiografía que es una actividad humana que se ha creado con la finalidad de perdurar la memoria, el nombre y el hombre (como lo hiciera inicialmente Herodoto de Halicarnaso); la historiografía es una ciencia de la historia, donde ésta, sobrevive en el tiempo y el olvido. Por otro lado, la crítica, no muy alejada de la historiografía, es una labor de discernimiento, opinión y análisis sobre un tema determinado, que se rige por la objetividad y el juicio. Ambas actividades coinciden en cuanto a la construcción documental sobre una realidad; la primera se concentra en los hechos (externo), la segunda en la percepción y valoración individual (interno).
Estos dos ejercicios -en el ámbito artístico- se desarrollan al detenerse en un artista, en sus reflexiones y creaciones. Se trata de ir más allá de lo superficial y evidente, aunque no de "traducir" la obra, como suele pensarse del trabajo de un crítico; sino más bien desmenuzar, en el sentido de extraer, lo que el artista vuelca en su producción, en un plano personal, pero también colectivo y universal. Se trata de leer la obra de arte en relación con el contexto físico e inmaterial.
Una aplicación concreta de este ejercicio intelectual se puede realizar con el artista putumayense Carlos Jacanamijoy (1964), en el que son muchas las preguntas que se pueden formular respecto a su trabajo pictórico, acerca de su paleta cromática, su origen que es tan esencial en su proceso-resultado, la textura de sus lienzos, la función de la luz y la sombra; asuntos de Jacanamijoy que van desde su idea, pasando por su ser y llegando a su sentir.
Ubicar al artista en un movimiento o ideología no es siempre lo primordial, pero si se tratara de definir la obra de Jacanamijoy, habría que mencionar que es, como la mayoría del siglo XX, abstracta, y no en un sentido purista del Arte Abstracto -aunque sin abandonar el principio de una necesidad de expresión interior- sino en un sentido en que se aleja de la figuración, tal como lo vienen haciendo la gran mayoría de artistas, luego de que la modernidad confinara la representación de la naturaleza y trajera consigo una preocupación por indefinir lo definible, transformando al artista contemporáneo en un creador de formas desfiguradas que procuran cada vez más alejarse de una realidad pura, actual y veraz.
Es importante recalcar que al traducir su simbología, Carlos Jacanamijoy desdibuja su naturaleza abstracta, ya que pensando en ámbitos de espectador, se hace innecesario un diccionario de signos y símbolos creados por él mismo, entregando un arbitrario método de visualización, que para el alma pierde sentido teniendo en cuenta el carácter atmosférico tan valioso con que cuentan sus pinturas.
Bastaría con decir que los cuadros de Jacanamijoy encierran un mundo místico, los movimientos rituales y la creación natural de la selva. Estos y otros componentes -mencionados con antelación- son los que cobran verdadera importancia en la obra del artista. Lejos de proporcionar un código legible, sus formas son reducciones del entorno en que nació y creció una parte de su vida, muy parecidas entre sí. En definitiva, es la presencia espiritual, que se da con la potencia del color y la luz, la que genera la experiencia estética frente a un Jacanamijoy.
En los últimos cuatro párrafos, hay un intento por ilustrar la actividad de escritura con diversos propósitos, donde el más importante es el de ejemplificar el concepto que se viene trabajando a lo largo de este escrito. En este caso puntual, el artista es Carlos Jacanamijoy, pudiendo ser otros tantos que actualmente hacen y deshacen el arte colombiano; artistas como Antonio Caro que tanto da de qué hablar por estos días, o por qué no, eventos que determinan una fuerte movida en la gestión artística y cultural como el Encuentro Internacional de Medellín MDE15, y que nos hablan de un momento determinado y determinante del estado del arte en Colombia.
El pequeño caso de estudio realizado con Jacanamijoy es solo una muestra y una excusa para dejar de manifiesto el papel de la crítica y la historiografía del arte colombiano, en la que debe primar el análisis que conlleva a la existencia de la obra, junto a los elementos que se conjugan a su alrededor, como el contexto, su impacto y la experiencia que suministra a su activador: el público.
Hay obras que llenan el alma del espectador, pero no la inquietud intelectual, algunas, por el contrario, que no generan experiencia estética, pero sí intelectual, otras -muchas últimamente- que no despiertan ni lo uno ni lo otro, mientras que algunas tan completas que estimulan la emoción y la noción, e invitan a expresar, indagar y crear desde la escritura un soporte ideológico que sirva como medio de mediación entre el arte y el espectador.
Este texto es una creación intelectual que pretende movilizar el pensamiento crítico y la producción de contenidos que den respuesta a lo que sucede alrededor del arte y la cultura del país; de modo que la existencia de este escrito podría ser punto de partida para el nacimiento de una nueva visión acerca del papel de la teoría artística, dándose aquí por sentado el carácter movilizador de la crítica, tan importante para perdurar en el tiempo una actividad de escritura, discernimiento, análisis, juicio y valoración.
Referencias
KANDINSKY, Vasili Vasilievich. De lo espiritual en el arte 2 edición, Barcelona: Labor, 1991.
QUINTERO, Efrén Giraldo. La crítica del arte moderno en Colombia, un proyecto formativo, Medellín: La Carreta Editores: Secretaría de Cultura Ciudadana, 2007.
VILLEGAS, Benjamín. MEDINA, Álvaro. Jacanamijoy, Bogotá: Villegas Editores, 2012.
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PERIÓDICO ARTERIA. LIBROS 'TRAYECTORIA 1969-2013, 5º' Natalia Gutiérrez Echeverri Colección Artistas Colombianos. [en línea]. Agosto - Septiembre 2014. Disponible en: https://media.wix.com/ugd/233179_442d69210c134df88b2b49ea8532828b.pdf